PONTIFICIA
UNIVERSIDAD CATÓLICA MADRE
Y MAESTRA
PUCMM
Tema:
Inmunoglobulinas
Materia
Inmunología y ecosistema
Presentado A:
Dra. Katia Díaz
Presentado Por:
Mariela Espinal 2015-0200
Estrella Domínguez 2015-1285
Estrella Domínguez 2015-1285
Fecha de Entrega:
12 de noviembre del 2017
Santiago de los Caballeros
Rep. Dom.
Introducción
La investigación que se presenta a continuación es sobre
“Inmunoglobulinas”. Estas son proteínas globulares que
participan en la defensa contra bacterias y parásitos mayores. Circulan por la
sangre y penetran en los fluidos corporales donde se unen específicamente al
antígeno que provocó su formación.
Son
producidas por células
plasmáticas y tienen la
característica de reaccionar específicamente con un antígeno. Estas moléculas
participan en la defensa contra virus, bacterias y parásitos mayores.
Representan entre un 10 y 20% de las proteínas totales del plasma.
En este trabajo
investigativo se abordaran varios temas respecto a las inmunoglobulinas. Entre
ellos se encuentran las diferentes funciones que desempeñan estas. Se muestra
cómo está compuesta la estructura de estas, señalando los tipos de cadenas y la
cantidad de genes que poseen.
También se expresa la
respuesta inmunitaria, lo cual es la respuesta a sustancias extrañas, incluyendo
microorganismos, proteínas y polisacáridos, con consecuencia fisiológica o
patológica. Posee diferente características como la especificidad, diversidad,
memoria, especialización, automutilación y la ausencia de autorreactividad.
De igual forma, se explica los tipos
de respuesta inmunitaria, las cuales son dos. La inmunidad celular, es la respuesta específica
en la que intervienen los linfocitos T en la destrucción de los agentes
patógenos. Mientras que, la inmunidad humoral, es la
respuesta específica del sistema inmune ante un microorganismo que invade el
organismo, donde actúan los linfocitos B.
Por otro lado, se demuestra la
reacción antígeno-anticuerpo, especificidad antigénica, la inmunoestimulación,
inmunopatología y los diferentes tipos de inmunoglobulinas.
Inmunoglobulinas
Las inmunoglobulinas son glicoproteínas que
actúan como anticuerpos. Pueden encontrarse circulando en sangre, en las
secreciones o unidas a la superficie de las membranas de los linfocitos B. Son producidas por
células plasmáticas y
que tienen la característica de reaccionar específicamente con un
antígeno.
Estas moléculas participan en la defensa
contra virus, bacterias y parásitos mayores. Circulan por la sangre y penetran
en los fluidos corporales donde se unen con el antígeno que provocó su
formación.
Entre las funciones que se pueden
destacar de las inmunoglobulinas se encuentran:
· Inmovilización: los anticuerpos pueden unir los
flagelos y en esta forma inmovilizar gérmenes y disminuir su capacidad.
· Neutralización: los anticuerpos reaccionan con
toxinas o partículas virales, impidiendo así su fijación a las membranas
celulares.
· Activación de la
fagocitosis: la
unión del anticuerpo de la clase IgG a los receptores especiales que para ellos
tienen los fagocitos refuerza la actividad de estos al actuar como opsoninas.
· Activación del
complemento: con
lo cual se incrementa la inflamación y la fagocitosis.
· Protección del feto: por el traspaso de la IgG de la
madre al feto a través de la placenta. En el niño lactante por el paso de IgG e
IgA en el calostro y en la leche.
· Incremento de la
quimiotaxis: por
activación del complemento que conduce a la liberación de moléculas C5a.
· Incrementar la
actividad citotóxica de macrófagos y NK: por el mecanismo conocido como citotoxicidad
mediada por anticuerpo, estableciendo puentes entre el microorganismo.
Las inmunoglobulinas son tetrapéptidos. Una Inmunoglobulina es de un
82% a 96% proteica y un 4% a 18% de carbohidratos. Representan entre un 10 y
20% de las proteínas totales del plasma. Estas también son prótidos. Pueden
encontrarse en forma soluble. Ancladas a la membrana de los linfocitos B
constituyendo el receptor para antígeno (BCR, B-cell receptor) de estas
células.
Están formadas por una o varias unidades
estructurales básicas, según el tipo de anticuerpo. Cada unidad está formada
por cuatro cadenas polipeptídicas iguales dos a dos. Posee dos cadenas
pesadas (H), dos ligeras (L) y una cadena glucídica unida a
cada una las cadenas pesadas. Las uniones entre las subunidades protéicas son
establecidas por puentes de disulfuro.
Las cadenas pesadas y las ligeras están
formadas por una unidad estructural básica de 110 aminoácidos que son dominio
inmunoglobulina, que se repite cuatro a cinco veces en las pesadas y dos en las
ligeras.
Una cadena L está formada por un
dominio variable (VL) y un dominio constante. Mientras que las cadenas H
están formadas por un dominio variable (VH) y tres o cuatro dominios constantes
(CH).
Ambas cadenas presentan:
· Una parte variable: es la que se une al antígeno de una manera
específica.
· Una parte constante: esta depende de la
localización del anticuerpo, ya sea placenta, saliva, entre otros.
Los anticuerpos se unen por su parte variable
a los microorganismos lo que hace cambiar la parte constante y este cambio es
detectado por las células fagocitarias que eliminarán todo aquello que lleve
unido anticuerpos. Los anticuerpos tienen zonas bisagras las cuales son
muy importantes, de estas depende la mayor o menor adaptación al antígeno. En
esta región es donde las cadenas pesadas se mantiene juntas.
Cadenas ligeras
Existen dos tipos de cadenas ligeras en los
seres humanos:
- Kappa (K)
- Lambda
Ambas pueden estar presentes en todas las
clases de inmunoglobulinas. Pero una molécula de Ig intacta estará compuesta por un solo tipo
de cadena ligera, por lo que tendrá 2 cadenas Kappa o 2 cadenas Lambda, pero no
ambas.
Las cadenas Kappa y Lambda poseen segmentos
génicos V, J y C.
C. Lambda
|
C. Kappa
|
31 V
|
40 V
|
4 J
|
5 J
|
7 C
|
1 C
|
Genes de cadenas pesadas
Están las cadenas: Mi, gamma, alfa, épsilon y
delta. Las cuales poseen segmentos génicos: V, D, J y C. Donde contienen
51 V, 27 D, 6 J y 5 C.
Respuesta inmunitaria
Es la respuesta
a sustancias extrañas (antígenos), incluyendo microorganismos, proteínas y
polisacáridos, con consecuencia fisiológica o patológica. Es decir, es un
mecanismo que permite defenderse de las agresiones externas provocado por
antígenos. Esta función defensiva se basa en la producción de anticuerpos
destinados a destruir a los antígenos y también los tumores.
Características de la respuesta inmunitaria
- Especificidad: Garantizando que microorganismos distintos estimulen respuestas inmunes especificas
- Diversidad: Por la gran variedad de linfocitos y receptores que contiene en su sistema
- Memoria: Capacidad de recordar y tener respuestas más rápidas e intensas frente a exposiciones repetidas al mismo microorganismo
- Especialización: Optimiza la eficacia y respuesta frente de los microorganismos distintos
- Autolimitación: Mecanismo de homeostasis, capacidad de regulación
- Ausencia de autorreactividad: Impidiendo la producción de lesiones durante las respuestas inmunitarias
Tipos de respuesta inmunitaria
Al momento de la
activación del mecanismo de defensa se desata una doble respuesta: una
inmunidad humoral y otra de celular.
1.
Inmunidad celular
Es la respuesta
específica en la que intervienen los linfocitos T en la destrucción de los agentes
patógenos. Estos atacan y destruyen células propias, tumorales o infectadas.
Esta respuesta cubre una importante función como mecanismo inmunológico de
defensa, atacando directamente antígenos extraños como virus, hongos, tejidos
trasplantados para actuar como reguladores del sistema inmunológico.
El mecanismo de
actuación para cada linfocito T es distinto. No obstante, todos se activan
mediante la presentación de antígenos, este es capturado por las células
presentadoras de antígenos (macrófagos), que los degradan. La respuesta
inmunitaria celular tiene como objetivo destruir las células infectadas para
evitar que puedan seguir generando nuevos agentes infecciosos.
2.
Inmunidad humoral
Es la respuesta específica del sistema inmune
ante un microorganismo que invade el organismo, donde actúan los linfocitos B
que cumplen con dos funciones esenciales: actuar como células productoras de
anticuerpos y también como células presentadoras de antígeno altamente en
reconocer antígenos extraños.
El elemento efector de la respuesta humoral son
las inmunoglobulinas, son todas las
sustancias con la capacidad de anteponerse al antígeno. Tras la unión
antígeno-anticuerpo, las sustancias extrañas son destruidas por las
inmunoglobulinas a través de mecanismo, que pueden ser distintos según el tipo
que participa
Fases de respuesta inmunitaria
humoral
o
Respuesta
primaria
Es el primer
contacto de un antígeno exógeno con un individuo, se caracteriza por la
producción de células plasmáticas que secretan anticuerpo y células B de
memoria.
La cinética de la respuesta primaria, medida
por la concentración sérica de anticuerpo, depende de la naturaleza del
antígeno, la vía de administración del antígeno, la presencia o ausencia de
coadyuvantes y la especie o cepa inmunizada. Sin embargo, en todos los casos
una reacción primaria a antígeno se caracteriza por una fase de retraso,
durante la cual las células B vírgenes experimentan selección clonal, expansión
clonal subsecuente y diferenciación en células de memoria o plasmáticas.
Durante una reacción humoral primaria
inicialmente se secreta IgM, seguida con frecuencia de un cambio a una
proporción creciente de IgG. Las células B de memoria que se forman durante una
respuesta primaria dejan de dividirse e ingresan en la fase G0 del ciclo
celular.
o
Respuesta secundaria
Está reacción depende de la existencia de la
población de células B de memoria y células T de memoria.
La activación de células de memoria por
antígeno da lugar a una respuesta de anticuerpo secundaria, la cual se
diferencia de la primaria por tener un período de retraso más corto, magnitud
mayor y dura más tiempo. La respuesta secundaria se caracteriza por la
secreción de anticuerpo con afinidad más alta por el antígeno y en ella
predominan isótopos diferentes a la inmunoglobulina M
Reacción antígeno-anticuerpo
Es una relación
bimolecular parecida a
la interacción enzima- sustrato, con una diferencia importante: no conduce a
una alteración química irreversible en el anticuerpo ni en el antígeno. La
relación entre un anticuerpo y un antígeno incluye varias interacciones no
covalentes entre el determinante
antigénico, o epítopo, del antígeno y el dominio de región variable de la
molécula del anticuerpo, en particular las regiones hipervariables, o regiones
determinantes de complementariedad. Los antígenos pueden presentar varios
determinantes antigénicos diferentes que estimulen la producción de anticuerpos
y la respuesta de los linfocitos T
Al entrar en contacto antígeno y anticuerpo, se
unen mediante enlaces no covalentes y se desencadenan una serie de procesos
capaces de neutralizarlo y eliminarlo. Entre sus reacciones más importantes, se pueden distinguir:
·
Reaccion de precipitación
El anticuerpo y el
antígeno soluble que interactúan en una solución acuosa forman un retículo que
por último se convierte en un precipitado visible. Los anticuerpos que
aglomeran antígenos solubles se denominan precipitinas.
Aunque la formación
del complejo soluble antígeno-anticuerpo ocurre en el transcurso de minutos, la
del precipitado visible se lleva a cabo con mayor lentitud y a menudo requiere
uno o dos días para completarse. Su formación depende de la valencia tanto del
anticuerpo como del antígeno:
-El anticuerpo debe ser bivalente; no se forma un precipitado con
fragmentos Fab monovalentes.
-El antígeno debe ser bivalente o polivalente; es decir, debe tener
cuando menos dos copias del mismo epítopo o presentar diferentes epítopos que
reaccionan con distintos anticuerpos presentes en antisuero policlonal.
·
Reacción de
aglutinación
Los anticuerpos que
producen estas reacciones se denominan aglutininas,
estos se unen a antígenos situados en la superficie de una célula, donde el
anticuerpo contiene 2 puntas de unión y forman agregados con los
microorganismos, lo cual no permite que infecten otras células.
Este tipo de reacción
neutraliza los antígenos, de manera que no pueda ejercer su efecto tóxico,
donde los anticuerpos situados en la membrana plasmática bloquean la acción de
los antígenos contra la célula.
· Reacción de opsonización
Se presenta cuando la
unión antígeno-anticuerpo no es suficiente para la eliminación del agente
extraño, lo cual se necesita la colaboración de complementos, células
fagocitarias y células natural killers. Así el conglomerado antígeno-anticuerpo
puede ser fagocitado.
Especificidad
antigénica
El sistema inmunitario puede
distinguir antígenos muy similares entre si, por lo tanto puede responder a
millones de antígenos extraños diferentes de una manera altamente específica
mediante la producción de anticuerpos que reaccionan sólo con el antígeno que
ha inducido su formación.
La especificidad antigénica de
cada linfocito T y B se establece antes de su contacto con el antígeno por
reordenamientos aleatorios en el gen durante la maduración en el timo o en la
médula ósea. Una vez producido el contacto, se activan los linfocitos y ocurre el proceso de selección clonal, donde
esta provoca la expansión de la población de células con una especificidad
antigénica determinada.
Esta selección clonal demuestra la especificidad y el
reconocimiento propio y extraño, pues sólo los linfocitos cuyos receptores son
específicos para un epitopo determinado en un antígeno, se expanden y por tanto
por tanto se mueven para oponer una reacción inmunitaria.
Inmunoestimulación
Es el desencadenamiento del
mecanismo o aumento de la capacidad del sistema inmunitario, es decir las
defensas naturales del organismo para combatir infecciones y enfermedades. Se
clasifican en:
·
Inmunidad especifica
o resistencia natural
Es una línea de defensa, donde
se suministra una respuesta específica frente a cada agente infeccioso. Posee
memoria inmunológica específica, que tiende a evitar que el agente infeccioso
provoque enfermedad en una segunda infección.
· Inmunidad adquirida
activa
Confiere a una inmunidad
protectora y una memoria inmunitaria. Su actividad inicia con la exposición
subsecuente al agente patógeno desencadena una reacción inmunitaria intensificada
que lo elimina con eficacia o previene la enfermedad mediada por sus productos.
Se puede lograr la inmunización activa con la infección natural por un microorganismo, o adquirirse de manera artificial mediante administración de
una vacuna, estas son preparados
antigénicos constituidos por microorganismos no virulentos, muertos o por
moléculas de estos desprovistas de toxicidad.
·
Inmunidad adquirida
pasiva
Consiste en la transferencia de anticuerpos preformados a un
receptor, su finalidad
es la protección transitoria o el alivio de un trastorno existente. Se produce de
manera natural con la transferencia
de anticuerpos maternos a través de la placenta hacia el feto en desarrollo.
Éste adquiere pasivamente de los anticuerpos maternos protección contra
difteria, tétanos, estreptococos, rubéola, sarampión, paperas y poliovirus. Los
anticuerpos maternos que se encuentran en el calostro y la leche ofrecen
también inmunidad pasiva al lactante.
De igual forma, se confiere inmunización pasiva al inyectar al receptor anticuerpos preformados en preparados biológicos, como en el caso de los sueros. Estos son una intervención rápida menos duradera e intensa que la provocada por la vacunación, donde el paciente no participa en la elaboración de moléculas, por tanto es una inmunidad adquirida pasiva. |
Inmunopatología
Enfermedad
autoinmune
Las células del sistema inmunitario
linfocitos, macrófagos y otras han de aprender a tolerar cada célula y cada proteína
del organismo sin dejar de atacar por ello a los invasores externos.
Se puede dar el caso de que algunos
linfocitos inmaduros respondan ante elementos del propio cuerpo. Ahora bien,
normalmente, si una célula inmunitaria reacciona ante un producto del propio
organismo mientras se está formando en el timo o en la médula ósea, suele ser
destruida o, al menos, inactivada por el propio organismo. Sin embargo, a pesar
de este mecanismo de seguridad, algunos linfocitos pueden escapar a la
inactivación o destrucción y desencadenar una respuesta inmunitaria contra
moléculas o células del propio organismo generándose una enfermedad
autoinmunitaria.
Las enfermedades de autoinmunidad
pueden afectar a cualquier órgano, algunos se ven afectados con más frecuencia
que otros; por ejemplo: la sustancia blanca del cerebro y de la médula espinal,
en la esclerosis múltiple; los
revestimientos de las articulaciones en la artritis
reumatoide; las células secretoras de insulina, en la diabetes mellitus juvenil. Ciertas enfermedades autoinmunes
destruyen las conexiones entre nervios y músculo, Miastenia gravis, y otras producen un exceso de hormona tiroidea en
la glándula tiroides, enfermedad de
Graves.
Hipersensibilidad:
alergias
La respuesta alérgica es una intensa reacción
de ciertos componentes del sistema inmunitario contra una sustancia extraña que
por lo general es inofensiva.
Ciertos rasgos de la alergia solo vuelven a
darse cuando el sistema inmunitario intenta erradicar parásitos. Así, el cuerpo
sintetiza cantidades elevadas de anticuerpos de tipo IgE tanto ante la
presencia de alérgenos como ante la de parásitos. Frente a otro tipo de
invasores recurre a otro tipo de anticuerpos.
Una razón por la cual las alergias se han
extendido tanto, podría ser que el cuerpo desarrolló en su origen la respuesta
alérgica para hacer frente a los parásitos. Las personas capacitadas por su
dotación genética para organizar un ataque inmunitario eficaz contra esos
organismos sobrevivirían mejor que quienes carecieran de ese mecanismo
defensivo, habrían tenido mayor descendencia y sus hijos habrían transmitido a
su vez a los suyos esos genes. Así se extendería entre la población humana el
sistema de defensa contra los parásitos. Esta capacidad de defensa ha
permanecido útil allí donde abundan los parásitos. Sin embargo, el sistema
inmunitario de quienes ya no se encuentran con esos organismos reacciona ahora
libremente ante otras sustancias como el polen. Se ha observado que la alergia
es menos común en las naciones en vías de desarrollo que en las
industrializadas pero la investigación realizada en animales de experimentación
para someter a prueba la hipótesis no ha resuelto nada.
Alérgenos diferentes provocan síntomas
dispares, en parte porque atacan al sistema inmunitario en diferentes puntos
del organismo. En el tracto respiratorio
superior la respuesta inmunitaria errónea produce estornudos y congestión
nasal: rinitis alérgica. En el tracto respiratorio inferior puede causar
constricción y obstrucción de los bronquios, participando, por lo tanto, en el
desarrollo de síntomas asmáticos. En el tracto gastrointestinal la actividad
inmunitaria provoca a veces nauseas, espasmos abdominales, diarrea y vómitos.
Por último, si un alérgeno introducido por cualquier vía llega a la circulación
sanguínea puede inducir anafilaxis.
Aunque las manifestaciones externas de
la respuesta alérgica varían, ésta siempre se pone en marcha mediante un
proceso silencioso de sensibilización. Este proceso empieza cuando los
macrófagos degradan el alérgeno y muestran los fragmentos resultantes a los
linfocitos T. Estos segregan moléculas señalizadoras que hacen que los
linfocitos B maduren y se transformen en células plasmáticas que secretan
inmunoglobulinas. Estos anticuerpos se unen a sus receptores en los y en los
basófilos circulantes en sangre.
Cáncer
El cáncer son un conjunto de alteraciones
caracterizadas por la formación de tumores malignos. Las células cancerígenas
se parecen a las células normales del cuerpo en muchos aspectos. Aun así,
actúan como células extrañas, reproduciéndose rápidamente e invadiendo los
tejidos. Las células cancerígenas tienen antígenos en su superficie celular que
difieren de los antígenos de las células normales y pueden ser identificadas
como extrañas por lo que, quizás, el organismo pueda organizar una respuesta
inmunitaria.
Cada vez hay más pruebas que indican
que el cáncer no sólo puede inducir una respuesta inmunitaria sino que es un
hecho que ésta se podría producir de modo que las células cancerígenas
fuesen suprimidas mucho antes de que se detecte el cáncer. Los cánceres que se
desarrollan representarían fallos ocasionales del sistema inmunitario. Por lo
tanto, si se refuerza la respuesta inmunitaria, se podrá avanzar en el proceso
de lucha contra el cáncer.
Tipos de inmunoglobulinas
De acuerdo a la inmunoelectroforesis se ha
identificado 5 tipos de inmunoglobulinas. En 1964 se reunió en Praga un comité
que designo las inmunoglobulinas con la letra Ig seguida de una letra
específica para cada clase. Estas son son IgG, IgA, IgM, IgD, IgE.
- Inmunoglobulina G (IgG)
Es la clase más abundante en el
suero. Constituyen cerca del 70% de las inmunoglobulinas. Es el anticuerpo que
predomina en la respuesta inmune secundaria, también es el único que
atraviesa la placenta, por lo que es esencial en la defensa contra infecciones
en las primeras semanas de vida. Existen 4 subclases que se reconocen por
diferencias en la secuencia de la cadena ɣ: IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4. Las
IgG1, IgG3 e IgG4 cruzan la placenta y tienen un papel importante en la
protección del feto.
Estas activan el complemento, la IgG3 es la
más eficaz y la IgG4 no es capaz de activarlo.
Se unen a los receptores Fc de las células
fagocíticas mediando la opsonización, las IgG1 e IgG3 funcionan muy bien como
opsoninas. Poseen elevada afinidad de unión al antígeno. Son las principales de
neutralizar toxinas bacterianas, son las únicas que funcionan como antitoxinas.
- Inmunoglobulina A (IgA)
Constituyen el 21% del total de las
inmunoglobulinas. Cada molécula secretada de IgA es un dímero más una molécula
de cadena J y un componente secretor. Es la principal inmunoglobulina en
secreciones, por lo que existe una IgA que se llama secretora con
propiedades antibacterianas y antivirales que predomina en la mayor parte de las
secreciones corporales, como: el calostro, La saliva, lágrimas, y las
secreciones del sistema respiratorio, intestinal y genitourinario.
La unión de IgA a antígenos de superficie
bacteriana y víricos impide la fijación de los patógenos a las células mucosas,
inhibiendo las infecciones víricas y bacterianas.
Esta defiende las puertas de entrada.
- Inmunoglobulina M (IgM)
Es una macroglobulina. Representa el 7% del
total de las inmunoglobulinas. Es la principal Ig producida en la respuesta
inmune primaria. Se encuentra en forma monomérica en la superficie de los
linfocitos B. En el suero es un pentámero formado por 5 unidades de IgM más una
cadena J.
Está compuesta por 5 subunidades que
contienen 10 cadenas peadas y 10 cadenas
ligeras. Al tener 10 sitios de reconocimiento antigénico, es la Ig más efectiva
en la aglutinación y la activación del complemento.
Es la primera inmunoglobulina sintetizada por
el feto. Defiende el compartimento vascular.
Son los primeros que se producen
frente a una infección. No tienen regiones bisagra, por lo que no se adaptan
bien al antígeno. Al estas ser tan grandes y tener tantos puntos de unión, si n
ose unen por una parte, se unirá por otra y por eso son eficaces. Aparecen
también en la superficie de los linfocitos T como antenas para recibir los
anticuerpos.
Tiene una concentración sérica de 30 µg/ml. Compone cerca del 0.2 de las Ig. Tiene una vida media
muy corta en el plasma.
Junto con la IgM es la principal inmunoglobulina unida a membrana que
expresan células B maduras.
Funciona casi exclusivamente como una inmunoglobulina unida a las
membranas y muy poca es secretada en el plasma.
- Inmunoglobulina E (IgE)
Representa menos de 1% de las
inmunoglobulinas. Tiene una concentración sérica de 0.3 µg/ml. Media las reacciones de hipersensibilidad
inmediata. Participa en la defensa contra determinados parásitos. Posee una vida media de 2-3 días.
Esta se une a los receptores Fc en las membranas de los
basófilos y mastocitos, induciendo la liberación de sus aminas vasoacivas (desgranulación).
Se liberan una diversidad de mediadores farmacológicamente activos y
aparecen las manifestaciones alérgicas.
La desgranulación es necesaria para la lucha antiparasitaria.
Conclusión
En conclusión, las inmunoglobulinas o tambien llamadas anticuerpos, son
proteínas de la familia de las globulinas, que participan en la defensa contra
virus, bacterias y parasitos. Está puede presentar de forma soluble en el
plasma o pegadas a las membranas de los linfocitos B, como receptores de antígenos.
Con relación a su estructura, tiene forma parecida a la letra Y, compuesta
por una zona bisagra, es la zona donde depende la mayor adaptacion al antígeno;
y por 4 cadenas: 2 ligeras y 2 pesadas.
Son producidas por células plasmáticas y tienen la característica de reaccionar
con un antígeno.
Con respecto a
la reacción antígeno-anticuerpo, es una relación bimolecular incluyendo
interacciones no covalentes entre el determinante antigénico y el dominio de
región del anticuerpo. En resumen, las inmunoglobulinas entran en contacto con
el antígeno, se unen mediante enlaces no covalentes y se sesencadenan una serie
de procesos capaces de neutralizarlo y eliminarlo.
Estas
inmunoglobulinas puede clasificarse en: IgG, la cual contiene la funcion de
proteger el comportamiento tisular; IgM, esta protege el torrente circulatorio;
IgA, protege las mucosas; IgE, denfiende contra parásitos intestinales; IgD,
evita la tolerancia.
Evidentemente
las inmunoglobulinas son de gran importancia en la defensa del organismo, ya
que tienen la capacidad de identificar y neutralizar sustancias extrañas
Bibliografía
Kindt, T., Goldsby, R. and Osborne, B. (2007). Kuby immunology. 6th ed. New York: W.H. Freeman and Company.
http://www.iespando.com/departamentos/biogeo/web/departamento/2BCH/B5_MICRO_INM/T52_INMUNOLOGIA
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