Inmunoglobulinas.
Proteínas de estructura globular
sintetizadas por células del sistema inmune (Linfocitos B y células plasmáticas
derivadas de ellos.
Presentes en la sangre (plasma) y
otros fluidos biológicos (saliva, lagrimas, secreción mucosa intestinal,
liquido sinovial, liquido intersticial etc.)
Son capaces de reconocer a otras moléculas
(antígenos) de manera muy específica, y formar complejos estables con ellos (inmunocomplejos).
Su aparición en plasma forma
parte de la respuesta inmunológica adaptativa, en lo que se conoce como
respuesta humoral especifica.
Los anticuerpos tienen una vida
media en el organismo relativamente larga (varias semanas).
Constituyen una defensa
muy eficaz contra agentes patógenos.
Existen 5 tipos de
inmunoglobulinas: IgG, IgM, IgA, IgD e IgE. Son sintetizadas por os linfocitos
B (IgM, IgD) y por las células plasmáticas derivadas de ellos (IgG, IgA, IgE).
IgM e IgG se detectan
principalmente en el plasma sanguíneo y en el líquido intersticial.
Las IgA aparecen fundamentalmente
en secreciones (saliva, lágrimas, secreción intestinal, etc.), recubriendo
mucosas expuestas al ataque de agentes patógenos externos.
La IgD es una inmunoglobulina asociada
a la membrana de los linfocitos B. Su función primaria de ellas es la de servir
como detectores de antígenos para las células B. Se detecta marginalmente en el
plasma.
Los IgE son anticuerpos
que, si bien inicialmente se liberan al plasma por las células plasmáticas, son
integrados en la membrana de otras células (mastocitos), participando en las
reacciones de hipersensibilidad.
Estructuras generales
de las cinco clases principales de anticuerpo secretado.
Funciones efectoras mediadas por anticuerpo
Además
de fijar antígeno, los anticuerpos participan en una ex- tensa gama de otras
actividades biológicas. Cuando se considera la función del anticuerpo en las
defensas contra una enferme- dad, es importante recordar que los anticuerpos
casi nunca destruyen o eliminan patógenos con sólo unirse a ellos. Para que sean
e caces contra los microorganismos, los anticuerpos no sólo deben reconocer
antígeno, sino también activar reacciones —funciones efectoras— que tienen como
resultado la eliminación del antígeno y la muerte del patógeno. Si bien las
regiones variables del anticuerpo son los únicos agentes de unión a antígenos,
la región constante de la cadena pesada (CH) tiene a su cargo una diversidad de
interacciones colaboradoras con otras proteínas, células y tejidos, que dan por
resultado las funciones efectoras de la reacción humoral.
Debido
a que estas funciones efectoras son consecuencia de interacciones entre
regiones constantes de cadena pesada y otras proteínas séricas o receptores de
membrana celular, no todas las clases de inmunoglobulinas poseen las mismas
propiedades funcionales. Aquí se presenta una revisión general de cuatro
funciones efectoras principales mediadas por dominios de la región constante.
Más adelante se describe una quinta función única de la IgE, la activación de
células cebadas, eosinófilos y basófilos.
El anticuerpo promueve la opsonización
La opsonización,
que es la promoción de la fagocitosis de antígenos por macrófagos y neutrófilos,
es un factor importante en las defensas antibacterianas. En las superficies de
macrófagos y neutrófilos, así como de otras células que no intervienen en la
fagocitosis, se encuentran moléculas proteínicas llama- das receptores Fc
(FcR), que pueden unir la región constante de moléculas de inmunoglobulina
(Ig).
Los anticuerpos activan el complemento.
La
IgM, y en el ser humano casi todas las subclases de IgG, pueden activar un
conjunto de glucoproteínas séricas llamado sistema del complemento, que
incluye un grupo de proteínas ca- paces de perforar membranas celulares. Un
subproducto importante de la vía de activación del complemento es un fragmento
proteínico denominado C3b, que se une de manera inespecífica a complejos
célula-anticuerpo y antígeno-anticuerpo cerca del sitio en que se activó el
complemento. Muchos tipos celulares —por ejemplo, glóbulos rojos y macrófagos—
tienen receptores para C3b y de esa manera fijan células o complejos a los
cuales se adhirió C3b. La unión de C3b adherente por macrófagos da lugar a la
fagocitosis de las células o complejos moleculares unidos a C3b. La unión de
complejos de antígeno y anticuerpo por los receptores C3b de un glóbulo rojo
posibilita que el eritrocito lleve los complejos al hígado o el bazo, donde los
macrófagos residentes los eliminan sin destruir el glóbulo rojo. Para la
desactivación y eliminación de antígenos y la destrucción de patógenos es
importante la colaboración entre el anticuerpo y el sistema del complemento. En
el capítulo 7 se describe con detalle el pro- ceso de activación del complemento.
Clases de anticuerpos
y actividades biológicas:
Inmunoglobulina
G (IgG)
La
IgG, la clase más abundante en el suero, constituye alrededor de 80% del total
de las inmunoglobulinas séricas. La molécula de IgG consta de dos cadenas
pesadas y dos ligeras. Existen cuatro subclases de IgG humana, que se reconocen
por diferencias en la secuencia de la cadena y se numeran conforme a sus
concentraciones séricas promedio decreciente: IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4.
Diferentes
genes CH de
la línea germinal, cuyas secuencias de DNA son 90 a 95% homólogas, codifican
las secuencias de aminoácidos que caracterizan a las cuatro subclases de IgG.
Los rasgos estructurales que diferencian a estas subclases entre sí son el
tamaño de la región de bisagra y el número y la posición e los enlaces
disulfuro intercadenas entre las cadenas pesadas. Las sutiles diferencias de
aminoácidos entre las subclases de IgG afectan la actividad biológica de la
molécula:
▪
IgG1,
IgG3 e IgG4 cruzan con facilidad la placenta y tienen un papel importante en la
protección del feto en desarrollo.
▪
IgG3 es
el activador del complemento más e caz, seguida por IgG1; la IgG2 es menos e
ciente y la IgG4 no es capaz de activar complemento en absoluto.
▪
IgG1 e
IgG3 se unen con gran afinidad a receptores Fc en células fagocíticas y, por
consiguiente, median la opsonización. La IgG4 tiene afinidad intermedia por receptores
Fc, y la IgG2 tiene afinidad en extremo baja.
Inmunoglobulina M (IgM)
La IgM
representa 5 a 10% del total de la inmunoglobulina sé- rica, con concentración
sérica promedio de 1.5 mg/ml. La IgM monomérica (180 000 Da) se expresa como un
anticuerpo unido a membrana en células B. Las células plasmáticas secretan IgM en
la forma de un pentámero en el cual cinco unidades monómero se conservan unidas
entre sí por enlaces disulfuro que unen sus dominios de cadena pesada carboxilo
terminal (C 4/C 4) y sus
dominios C 3/C 3 . Las cinco
sub- unidades monoméricas están dispuestas con sus regiones Fc en el centro del
pentámero y los 10 sitios de unión a antígeno en la periferia de la molécula.
Cada pentámero contiene un polipéptido adicional unido a Fc llamado cadena J
(del inglés joining, de unión), que enlaza el disulfuro al carboxilo
terminal del residuo cisteína de dos de las 10 cadenas. Al parecer, la cadena J
es necesaria para la polimerización de los monómeros a n de formar IgM
pentamérica; se añade inmediatamente antes de la secreción del pentámero.
La IgM
es la primera clase de inmunoglobulina que se pro- duce en una respuesta
primaria a antígeno y también es la primera inmunoglobulina que sintetiza el
recién nacido. Debido a su estructura pentamérica con 10 sitios de unión a
antígeno, la IgM sérica tiene valencia más alta que los otros isótopos. Una
molécula de IgM puede unir 10 moléculas de hapteno pequeñas; sin embargo,
debido al impedimento estérico, sólo suelen unirse de modo simultáneo cinco o
menos moléculas de antígenos más grandes. En virtud de su alta valencia, la IgM
pentamérica es más eficiente que otros isótopos para unir antígenos con muchos
epítopos repetidos, como partículas víricas y glóbulos rojos. Por ejemplo,
cuando se incuban eritrocitos con un anticuerpo específico, se agrupan entre sí
en grandes agregados en un proceso llamado aglutinación. Se requieren
100 a 1 000 veces más moléculas de IgG que de IgM para lograr el mismo grado de
aglutinación. Se observa un fenómeno similar con partículas víricas: se
necesita menos IgM que IgG para neutralizar la infectividad vírica. La IgM
también es más eficiente que la IgG para activar complemento. La activación del
complemento requiere dos regiones Fc en proximidad cercana, y la estructura
pentamérica de una molécula aislada de IgM satisface este requerimiento.
En
virtud de su gran tamaño, la IgM no se difunde bien y por tanto se encuentra en
concentraciones muy bajas en los líquidos intercelulares de los tejidos. La presencia
de la cadena J permite que la IgM se una a receptores en células secretorias,
que la transportan a través de recubrimientos epiteliales para penetrar en las
secreciones externas que bañan superficies mucosas. Aun- que la IgA es el isótopo
mayor que se halla en estas secreciones, la IgM tiene una función accesoria de
importancia como inmunoglobulina secretoria.
Inmunoglobulina
A (IgA)
·
Pese a que la IgA sólo constituye 10 a 15% del total de
las inmunoglobulinas séricas, es la clase de inmunoglobulina que predomina en
secreciones externas, como leche materna, saliva, lágrimas y moco de las vías
bronquiales, genitourinarias y digestivas. En el suero, la IgA existe sobre
todo como un monómero, pero en ocasiones se observan formas poliméricas
(dímeros, trímeros y algunos tetrámeros), y todas incluyen un polipéptido de
cadena J. La IgA de secreciones externas, llamada IgA secretoria, consta
de un dímero o tetrá- mero, un polipéptido de cadena J y una cadena
polipeptídica llamada componente secretorio Como se explica más
adelante, el componente secretorio deriva del receptor que tiene a su cargo
transportar la IgA polimérica a través de membranas celulares. El polipéptido
de cadena J en la IgA es idéntico al que se encuentra en la IgM pentamérica y
tiene la función similar de facilitar la polimerización de la IgA sérica y la
IgA secretoria. El componente secretorio es un polipéptido de 70 000 Da
producido por células epiteliales de las mucosas. Consiste en cinco dominios
parecidos a inmunoglobulina que se unen a los dominios de región Fc del dímero
de inmunoglobulina A (IgA). Esta interacción es estabilizada por un enlace
disulfuro entre el quinto dominio del componente secretorio y una de las
cadenas de la IgA dimérica.
Las secreciones donde aparece la
IgA secretoria (sIgA) son:
|
|
· = lágrimas
|
· = fluido
nasal
|
· = tracto
bronquial
|
· = tracto
genitourinario
|
· = tracto
digestivo
|
· = leche
materna y calostro
|
Inmunoglobulina
E (IgE)
La
actividad biológica potente de la IgE permitió identificarla en el suero a
pesar de su concentración sérica promedio en ex- tremo baja (0.3 g/ml). Los
anticuerpos IgE median las reacciones de hipersensibilidad inmediata que causan
los síntomas de fiebre del heno, asma, urticaria y choque anafiláctico. En 1921
K. Prausnitz y H. Kustner demostraron por primera vez la presencia de un
componente sérico que provoca reacciones alérgicas; estos investigadores
inyectaron por vía intradérmica suero de una persona alérgica a un individuo no
alérgico. Cuando se inyectó después el antígeno apropiado en el mismo sitio, se
pre- sentó una reacción de roncha y rubor (como en la urticaria). Esta
reacción, denominada reacción P-K (en honor de sus descubridores), fue
la base para la primera valoración biológica de la actividad de IgE.
La IgE
se une a receptores Fc en las membranas de basó los sanguíneos y células
cebadas de los tejidos. El enlace cruzado por antígeno (alérgeno) de moléculas
de IgE unidas al receptor induce a los basó los y las células cebadas a llevar
sus gránulos a la membrana plasmática y liberar su contenido en un ambiente
extracelular, un proceso que se conoce como desgranulación. Como resultado, se
libera una diversidad de mediadores farmacológicamente activos y aparecen
manifestaciones alérgicas. La desgranulación de células cebadas localizadas inducida
por la IgE también suele liberar mediadores que facilitan la acumulación de
diversas células necesarias para la defensa antiparasitaria.
Inmunoglobulina
D (IgD)
La IgD
se descubrió por primera vez cuando un paciente desarrolló un mieloma múltiple
cuya proteína de mieloma no reaccionó con antisuero antiisotipo contra los isótopos
conocidos entonces: IgA, IgM e IgG. Cuando se inmunizó a conejos con esta
proteína del mieloma, los antisueros resultantes se utilizaron para identificar
la misma clase de anticuerpo a concentraciones bajas en suero humano
normal. La nueva clase, denominada IgD, tiene una concentración sérica de 30 μg/ml y constituye alrededor de 0.2% de la inmunoglobulina total en suero.
Junto con la IgM, la IgD es la principal inmunoglobulina unida a membrana que
expresan células B maduras, y se investiga su función en la fisiología de las
células B. Aún no se identifica una función biológica efectora de la IgD.
Determinantes antigénicos en inmunoglobulinas
Debido a que los anticuerpos son glucoproteínas, pueden funcionar por sí
mismos como inmunógenos potentes para inducir una reacción de anticuerpo. Estos
anticuerpos anti-Ig son instrumentos potentes para el estudio del desarrollo de
la célula B y las respuestas inmunitarias humorales. Los determinantes
antigénicos o epítopos en las moléculas de inmunoglobulina corresponden a tres
categorías principales: los determinantes isotípico, alotípico e idiotípico,
que se localizan en porciones características de la molécula.
Isotipo
Los isotípicos son determinantes de región constante que en conjunto definen
cada clase y subclase de cadena pesada y cada tipo y subtipo de cadena ligera
dentro de una especie. Un gen de región constante separado codifica cada isotipo,
y todos los miembros de una especie llevan los mismos genes de región constante
(que pueden incluir múltiples alelos). Dentro de una especie, cada individuo
normal expresa todos los isotipos en el suero. Las diferentes especies heredan
genes de región constante distintos y por consiguiente expresan diferentes
isotipos. Así, cuando se inyecta el anticuerpo de una especie a otra, se
reconocen los determinantes isotípicos como extraños e inducen una reacción de
anticuerpo a los determinantes isotípicos del anticuerpo extraño. El anticuerpo
antiisotipo se emplea de manera sistemática con fines de investigación para
precisar la clase o subclase de anticuerpo sérico que se produce durante una
respuesta inmunitaria o con el n de caracterizar la clase de anticuerpo unido a
membrana que se encuentra en células B.
Alotipo
Aunque todos los miembros de una especie heredan el mismo conjunto de genes
de isotipo, existen múltiples alelos para algunos de los genes. Estos alelos
codifican diferencias sutiles de aminoácidos, llamadas determinantes
alotípicos, que ocurren en algunos miembros de una especie. La suma de los
determinantes alotípicos individuales que muestra un anticuerpo establece su alotipo.
En el ser humano se han caracterizado los alotipos para las cuatro subclases de
IgG, una subclase de IgA y la cadena ligera. Los alotipos de cadena se denominan
marcadores Gm. Se han identificado cuando menos 25 diferentes alotipos Gm; se
designan por la clase y subclase seguidas por el número de alelo, por ejemplo
G1m(1), G2m(23), G3m(11), G4m(4a). De las dos subclases de IgA, sólo la IgA2
tiene alotipos, A2m(1) y A2m(2). La cadena ligera tiene tres alotipos, que se
designan m(1), m(2) y m(3). Cada uno de estos determinantes alotípicos posee
diferencias en uno a cuatro aminoácidos que codifican distintos alelos del
mismo gen.
Es posible producir anticuerpo contra determinantes alotípicos al inyectar
anticuerpos de un individuo a otro de la misma especie que tiene diferentes
determinantes alotípicos. En ocasiones, la madre produce durante el embarazo
anticuerpo contra determinantes alotípicos en respuesta a determinantes alotípicos
paternos en las inmunoglobulinas fetales. Los anticuerpos contra determinantes
alotípicos también pueden formarse por una transfusión sanguínea.
Idiotipo
La secuencia de aminoácidos única de los dominios VH y VL de un anticuerpo determinado puede funcionar no sólo como un sitio de unión
de antígeno, sino también como un grupo de determinantes antigénicos. Los
determinantes idiotípicos se forman a partir de la secuencia de las regiones
variables de las cadenas pesada y ligera. Cada determinante antigénico individual
de la región variable se conoce como idiotopo. Cada anticuerpo
presentará múltiples idiotopos, algunos de los cuales son el verdadero sitio de
unión de antígeno, mientras que otros comprenden secuencias de región variable
fuera del sitio de unión. La suma de los idiotopos individuales se denomina idiotipo
del anticuerpo.
Debido a que los anticuerpos producidos por células B individuales
derivadas de la misma clona tienen secuencias de región variable idénticas,
todos poseen el mismo idiotipo. El anticuerpo antiidiotipo se forma al inyectar
anticuerpos que tienen una variación mínima en sus isotipos y alotipos, de tal
manera que es factible reconocer la diferencia idiotípica. Con frecuencia se
utiliza un anticuerpo homogéneo, como la proteína de mieloma o un anticuerpo
monoclonal. La inyección de dicho anticuerpo a un receptor genéticamente
idéntico al donador induce la formación de anticuerpo antiidiotipo contra los
determinantes idiotípicos.
LA SUPERFAMILIA GÉNICA DE LAS INMUNOGLOBULINAS
A lo largo de este capítulo (y de sucesivos) estamos
viendo aparecer en escena distintas moléculas (no sólo inmunoglobulinas) que
poseen al menos un dominio típico de Ig. Estas proteínas están codificadas por
genes que presentan homologías entre sí. Estos diferentes genes probablemente
se originaron a partir de un gen ancestral que codificaba algo parecido al
dominio de Ig. En el pasado, dicho gen debió de sufrir sucesivas duplicaciones,
y partir de entonces, cada copia del gen original evolucionó de modo
independiente; incluso algunas de las copias debieron fusionarse con genes o
partes de genes diferentes. El resultado evolutivo es que hoy, sobre todo en
los mamíferos, cada especie posee múltiples genes derivados del ancestral, que
no están ligados genéticamente (localizados en sitios distintos del genoma), y
que en cada caso cumplen misiones diferenciadas. Por todo ello, se habla de una
superfamilia de genes que tienen en común el codificar al menos un dominio de
tipo Ig.
A nivel de proteína, el dominio de Ig posee, como ya
hemos estudiado, de 100 a 110 aminoácidos, con un bucle característico entre
dos cisteínas conservadas y separadas entre sí por unos 50 a 70 aminoácidos, y
que forma en el espacio una estructura terciaria globular elongada a base de
dos láminas b
antiparalelas.
La evolución molecular, a partir del dominio ancestral de
tipo Ig ha generado tres tipos de variantes:
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dominios de tipo V: se parecen al dominio variable de
las inmunoglobulinas;
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dominios de tipo C1: su prototipo es el dominio
constante de las inmunoglobulinas;
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dominios de tipo C2: poseen rasgos intermedios entre
los dominios V y C1.
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Son muy abundantes los ejemplos de proteínas codificadas
por miembros de esta superfamilia génica:
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Cadenas H y L de las inmunoglobulinas.
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Cadenas IgA e IgB del complejo BCR.
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Cadenas del receptor de linfocitos T (TCR).
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Cadenas g d e del complejo CD3, que acompaña al TCR.
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b 2-microglobulina, que forma parte del
MHC-I.
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Dominio proximal del MHC-I.
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Dominios proximales del MHC-II.
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CD2, CD4, CD8, CD28 de los linfocitos T.
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Receptor de poli-Ig (y su versión "recortada"
componente secretor de la sIgA).
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Varias moléculas de adhesión celular (VCAM, ICAM,
etc.).
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PDGF (factor de crecimiento derivado de plaquetas).
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Se ha lanzado la hipótesis de que ya los invertebrados
(al menos desde los artrópodos) poseen moléculas de adhesión celular con
dominios de tipo Ig. Probablemente en los primitivos vertebrados se produjeron
repetidas duplicaciones y diversificaciones evolutivas del gen ancestral, de
modo que la selección natural encontró una nueva utilidad a algunas de las
moléculas resultantes en ese gran logro evolutivo que ha sido el sistema inmune
de los vertebrados. Un rasgo común de todas estas proteínas (incluidas las
inmunoglobulinas) es que, al igual que la proteína primitiva ya existente en
invertebrados, son capaces de facilitar interacciones y contactos entre
proteínas ancladas a membrana de distintas células (una reminiscencia de su
papel original como moléculas de adhesión celular). Como ejemplos de
interacciones entre distintos miembros de proteínas o dominios de estas
superfamilia tenemos (algunos ya los hemos visto, y otros serán tratados más
adelante):
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VH-VL
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CH1-CL
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CH3-CH3
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poli Ig-Fc de IgA e IgM
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CD4-MHC
II
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CD8-MHC
I
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TCR-MHC
|
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Iga
/Igb -mIg
|
Conclusión:
La respuesta efectora
humoral está a cargo de las inmunoglobulinas o anticuerpos que son moléculas
secretadas por células plasmáticas. Existen cinco clases de inmunoglobulinas:
IgM, IgG, IgA, IgE e IgD, formadas por una unidad básica compuesta de dos cadenas
polipetídicas globulares pesadas y dos cadenas livianas unidas entre sí por
puentes disulfuro . Ambas cadenas presentan una zona constante y una zona
variable . En esta última, se encuentra una zona hipervariable formada por 10 a
15 aminoácidos que conforman el receptor idiotípico responsable de la unión con el epitopo
presente en el antígeno.
Al ser sometida a digestión por papaína , esta molécula genera dos fragmentos, el fragmento Fab responsable de la unión con antígeno y el fragmento Fc que determina diversas funciones biológicas en las diferentes inmunoglobulinas. El fragmento Fab está formado por una región constante y una región variable de una cadena pesada y de una cadena liviana. El fragmento Fc está formado sólo por regiones constantes de cadenas pesadas.
Las clases de inmunoglobulinas están determinadas por los diferentes isotipos de las cadenas pesadas. Estas pueden ser mu, gamma, alfa, delta o epsilon. Las cadenas livianas pueden ser kappa o bien lambda. Las distintas clases de inmunoglobulinas presentan diversas funciones biológicas.
La IgM (1) está formada por cinco unidades básicas de inmunoglobulina unidas entre si por una pieza J y se encuentra presente en el plasma. Tiene diez sitios de unión con antígeno y es secretada principalmente en respuestas humorales primarias timodependientes y en respuestas timoindependientes. Es de baja afinidad pero presenta gran avidez por antígenos multivalentes especialmente bacterianos. Es una potente fijadora del complemento, al presentar cinco fragmentos Fc que unen al factor del complemento C1q. La IgM se encuentra también en la membrana de linfocitos B en forma de monómero, constituyendo los receptores idiotípicos de estas células.
La IgG (2) es la inmunoglobulina más abundante en el plasma, es monomérica y es producida en grandes cantidades durante respuestas secundarias a antígenos timodependientes. Sus principales funciones biológicas incluyen fijación del complemento, unión a receptores para Fc en células fagocíticas al opsonizar partículas durante la fagocitosis y unión a receptores en células NK durante la citotoxicidad mediada por anticuerpos (ADCC). Esta inmunoglobulina atraviesa la placenta confiriendo protección al feto durante el embarazo.
La IgA (3) se encuentra en lágrimas, leche, saliva y mucosa de los tractos intestinal y digestivo. Está formada por dos unidades básicas unidas por una pieza secretora sintetizada por las células epiteliales de las mucosas. Esta pieza secretora es un polipéptido responsable del trasporte de la IgA a través del epitelio. Ademas la proteje de la acción de enzimas proteolíticas presentes en las secresiones. Es sintetizada en grandes cantidades por acúmulos linfoides y placas de Peyer del intestino. No fija complemento ni es opsonina, sin embargo, su importancia es enorme al impedir el ingreso de microorganismos y macromoléculas al organismo.
La IgE (4) se encuentra en muy bajas concentraciones en el suero de personas normales, y en mayores concentraciones en individuos atópicos. En estos últimos es responsable de los cuadros de hipersensibilidad mediada por un mecanismo de daño inmunológico tipo I de la clasificación de Gell y Coombs. El fragmento Fc de estas inmunoglobulinas presenta gran afinidad por receptores para Fc épsilon en células cebadas y basófilos. Al estar ubicada en su superficie y recibir el estímulo antigénico, la IgE induce su degranulación iniciando un proceso inflamatorio y produciendo la contracción del músculo liso. En condiciones normales, esta inmunoglobulina interviene en la respuesta inmune protectora contra parásitos especialmente helmintos.
La IgD (5) es una inmunoglobulina unida a membrana de los linfocitos B. Su presencia en conjunto con IgM confiere inmunocompetencia a estos linfocitos. Está prácticamente ausente en el suero.
Sin introducción
ResponderBorrarHola de que libro es el cuadro 4-4 ?
ResponderBorrar